—
¿Por qué no ha venido papá a recogernos?
—
Papá ya no va a venir a recogernos más…
—
¿Y mamá?
—
Mamá está en la fábrica, ya sabes, no sale hasta
muy tarde.
—
¿Sabes que a mi amiga Champei le han regalado
unos zapatos? Estaban relucientes, ¿te imaginas a nosotras con unos zapatos,
Boupha?
—
Algún día, Chhean, algún día…
—
Oye, Boupha, ¿y qué vamos a comer hoy?
—
No lo sé, enana.
—
¡No me llames así! ¿Dónde comeremos?
—
Tampoco lo sé, a ver…
—
Pues tengo un poco de hambre.
—
Yo también, Chhean, yo también.
—
Si estuviese papá, él nos daría de comer…
—
Papá no va a estar más, Chhean…
—
Pero, ¿por qué? ¿Hacia dónde vamos, Boupha?
—
Hacia mañana, pequeña. Hacia mañana.
—
¿Hacia mañana? ¿Y allí podremos comer?
—
Pues eso espero, Chhean… si no, lo intentaremos
al día siguiente…
—
Ah. Uhmm… pues, ¿sabes? Champei me ha contado
que en su casa son muchos hermanos, y que sus padres siempre están, y que se
ríen mucho, ¿te imaginas, Boupha? ¿Te imaginas?
—
Sí, Chhean, lo imagino…
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