viernes, 30 de diciembre de 2016

Feliz 2017



Hace mucho tiempo, tanto que no levantabas del suelo más de un metro treinta, sostenías triste tu G.I.Joe en la mano, roto. Ayer estaba bien, hoy se había roto, mañana estaría inservible. Habías descubierto que las cosas tenían un pasado, un presente y un futuro, y entendiste que si las cosas cambiaban de un día para otro, entonces tú también lo estarías haciendo. Y creciste, y caíste en la cuenta de que esas tres formas de dirigirte a los momentos de tu vida te acompañarían toda la vida. Ayer eras pequeño, hoy eres joven, mañana serás mayor. Pero mañana se repetirá lo mismo, para mañana hoy serás pequeño, y para ser mayor tendrás que esperar a pasado mañana. Aprendiste que cuando te sintieras mayor, sólo tenías que trasladarte mentalmente a mañana para volver a sentirte pequeño. 

Feliz año 2017, gente. Que nunca os hagáis mayores. Aunque pasen los años, aunque pareciera que el futuro ya hace mucho que os llegó. Que aprendáis siempre, que os divirtáis mucho, que seáis valientes y que no tengáis miedo a saltar. Como cuando erais pequeños.



martes, 27 de diciembre de 2016

Problemas de convivencia





—¿Quién es ese?
—A ver, Soledad, tenemos que hablar.
—¿Ella es Soledad?
—¿Y esa voz de pito?
—Tranquila, Soledad, un momento que te explique.
—¿Por qué se queda aquí?
—¿Esta es la famosa Soledad?
—Un momento… a ver, Soledad, tú sabes que yo te quiero mucho, ¿no?
—¿Y eso a qué viene?
—¿Entonces esta es Soledad, la famosa Soledad del Escribido?
—Calla un momento…
—¿Por qué se dirige a mí como si me conociese, Edu?
—A, ver, Soledad, yo te quiero mucho, ¡muchísimo! Lo sabes, ¿no? Pero… ¿ves a éste que está aquí? Éste es Parte.
—¿Parte?
—Encantado, Soledad.
—Sí, éste es La parte olvidada, y va a vivir con nosotros a partir de ahora.
—¡¿CÓMO?!
—¿Puedo elegir repisa, Edu?
—Un momento, Parte. A ver, Soledad, no te pongas así.
—¿CÓMO QUE VA A VIVIR CON NOSOTROS?
—Yo te voy a seguir queriendo igual, es sólo que también voy a querer mucho a Parte.
—¡Eso es imposible! Si a mí me quieres mucho y ahora vas a querer también a otro, entonces me quitarás el tiempo que antes me dedicabas sólo a mí.
—¡Edu, a mí me gusta la balda de ahí, con los libros que te llevas a los viajes! ¿Puedo irme allí?
—¡Eh!, tú, Parte, vamos a ver, te pondrás donde se te diga, ¡vas a venir ahora aquí eligiendo!
—¡Soledad, por favor, habla bien a tu hermano!
—¿Mi hermano? ¿Pero esto qué es? ¡Si yo soy hija única!
—Bueno, eso es lo que te quería decir. ERAS hija única. Ahora tienes un hermanito…
—¿Cómo? ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!


miércoles, 21 de diciembre de 2016

Queridos Seres Humanos:




Tenemos un problema.

Los móviles y aparatos electrónicos que nos habéis pedido necesitan de un material, el Coltán, que se extrae en regiones como el Congo por manos de niños y mujeres y hombres en condiciones que no desearíais para vuestros hijos ni para ningún otro familiar ni conocido, y que provoca que los lugares de extracción sean territorios al margen de la ley donde la violencia y la explotación campan a sus anchas; la ropa que deseáis que os traigamos está tejida en países del sudeste asiático por niñas, mujeres y hombres también en unas condiciones que no admitiríais en vuestros países occidentales de ninguna de las maneras; el aire que respiramos nosotros y nuestros camellos en el trayecto hasta allí está contaminado por las fábricas que situáis en nuestros países y los coches sin filtros  que nos vendéis porque vuestras leyes ambientales dicen que son demasiado contaminantes para ponerlas y usarlos en el vuestro (pero que no tenéis reparo alguno en pensar que a nosotros no nos afectarán en absoluto); tenemos que hacer un recorrido, hasta llegar a vuestras casas, cruzando países en guerra en los que se está utilizando el armamento fabricado y vendido por vosotros, que, de nuevo, afecta a niños, mujeres y hombres inocentes y destruye sus casas, colegios, hospitales, rompen familias y desgajan vidas; al llegar a vuestra frontera, tenemos que alquilar una patera y jugarnos la vida de nuevo cruzando el Estrecho en condiciones lamentables para entrar sin que os deis cuenta pues si veis a gente de nuestro color y procedencia huyendo del horror que habéis provocado nos mandáis de vuelta a nuestro país.

¿Cómo cojones pensáis que habéis sido buenos y que os vamos a traer las cosas que precisamente hacen que la mayor parte del mundo sufra las peores condiciones de vida? Si os llevamos lo que nos pedís, en lugar de repartir felicidad contribuiríamos a sembrar miseria. Ni de coña.

Atentamente:

Melchor, Gaspar y Baltasar



viernes, 2 de diciembre de 2016

Imagínate


Imagínate que seguimos un guión en el que creemos estar haciendo las cosas correctas. Nos levantamos temprano, desayunamos, va saliendo el sol, vamos a trabajar, dedicamos tiempo a alguna actividad, se va poniendo el sol, quedamos con alguien, se hace de noche, nos acostamos, fin del día, comienzo del siguiente. Imagínate que eres parte de una dinamo, ya sabes, ese artilugio destinado a transformar la energía mecánica en energía eléctrica, y que tus acciones son sólo una manera de transformar tu energía mecánica, la de tus movimientos, la de tus actos, la de tu esfuerzo, en otra forma de energía que alguien está aprovechando y utilizando para algo que desconoces. Imagina que tus horas extra benefician a otra persona, que tus compras de Navidad perjudican a muchas otras, que las luces brillantes esconden la explotación de una gran parte, que tus rezos y plegarias no concuerdan con tus actos, que tu voto favorece al que te roba, que tus argumentos te los han vendido sin que te des cuenta, que la defensa de tus ideas favorecen la dificultad de desarrollar tu propia vida... ¿Te gustaría entonces que alguien ajeno a ti te lo advirtiese?