Cuando tienes
muchísimo dinero te compras unas cuantas casas para invertir y la cagas, pues
contribuyes al aumento de precios generalizado del sector al no tener prisa
alguna por alquilar; te compras un pedazo de coche y la cagas, pues a pesar de
toda su tecnología y potencia no puedes ir a más de 120 km/h; te compras el
móvil más caro y con más aplicaciones y la cagas, pues comienzas a invertir
demasiado tiempo en prestar atención a los que están lejos y agradar a desconocidos
mientras desatiendes a los que tienes enfrente; te compras un equipo de música
potente y la cagas pues jodes la vida de tu vecino; te compras más comida de la
cuenta y la cagas, porque te pones gordo; bebes más alcohol de lo recomendado y
la cagas, porque castigas al hígado; tienes más dinero para gastar en las demás
drogas y la cagas, porque te hacen adicto; inviertes lo que te sobra en la
Bolsa y la cagas, porque con ese dinero se trafica con armas, drogas, mujeres y
niños sin que tú te des ni cuenta; pagas para que otros te administren el
dinero y el papeleo y la cagas, pues después apareces con dinero en paraísos
fiscales y dices que no tenías ni idea.
Cuando tienes
muchísimo dinero ves tu alrededor como un objeto, acabas pensando que lo puedes
comprar todo y la cagas, pues lo único que logras es venderte a ti mismo,
desprenderte de tu tiempo y caer en la enfermedad más extendida de nuestras
sociedades occidentales: la depresión por exceso de consumo, esa que viene al
comprobar que tenerlo TODO aquí y ahora no da la felicidad, sino el
aburrimiento, y no provoca sabiduría, sino estupidez.
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