Un cojo me
enseñó a andar
Un mudo me
enseñó a hablar
Un ciego me
enseñó a mirar
Un sordo me
enseñó a escuchar
Un pobre me
enseñó a ahorrar
Un sedentario me
enseñó a viajar
Un hambriento me
enseñó a comer
Un sediento me
enseñó a beber
Un enfermo me
enseñó a sanar
Un analfabeto me
enseñó a aprender
Un aburrido me
enseñó a divertirme
Un estresado me
enseñó a relajarme
Un preso me
enseñó a ser libre
Un portero me
enseñó a salir
Una mujer me
enseñó la hombría
Un anciano me
enseñó la juventud
Un negro me
enseñó la blancura
Un desconocido
me enseñó la amistad
Una guerra me
enseñó la paz
Un muerto me
enseñó a vivir
Una caída me
enseñó a levantarme
Una ruptura me
enseñó a arreglarlo
La soledad me
enseñó la compañía
La tristeza me
enseñó la alegría
El odio me enseñó
el amor
“Esto” me enseñó
“aquello”
Considero que es muy acertado la opinión vertida en esta publicación, me ha sido de gran ayuda gracias por hacernos esta aportación. También soy bloguero y me dedico a hablar sobre las Cartas de tarot
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