domingo, 1 de junio de 2014

Va llegando el momento



Veo normal tener una llave en el bolsillo que pertenezca a la casa donde vivo. Veo normal tener un móvil al lado de esta, con el que puedo estar permanentemente comunicado con mi alrededor. Veo normal tener dinero en monedas, en billetes, o en tarjeta. Veo normal comprar comida cuando tengo hambre, y beber agua de cualquier grifo cuando tengo sed. Veo normal la variedad gastronómica que está a mi disposición: pasta, arroz, cualquier potaje, puchero, gazpacho, tortilla, filetes y pescado en cualquiera de sus variedades, pizzerías y hamburgueserías en cada esquina, todo tipo de postres, cafés, tés, copas y un largo etcétera. Veo normal tener tres supermercados a menos de cien metros, cuatro kioskos, videoclub, dos o tres farmacias, centro de salud, clínica y hospital bastante cerca. Veo normal tener internet en casa, un ordenador desde el que conectarme, y una impresora. Veo normal tener mi coche abajo aparcado, dispuesto a poder usarlo cuando lo necesite. Veo normal poder darme una ducha cuando me da la gana, con agua caliente incluso. Veo normal los desodorantes, colonias, pastas y cepillos de dientes. Veo normal las noches de juerga, los días de fiesta, las invitaciones a los diversos eventos que se ven comunes en nuestro alrededor. Veo normal comprarme ropa o zapatos cuando me siento escaso de alguna prenda. Veo normal tener una lavadora en casa, un microondas, millones de tupperware, así como todos los avíos de la cocina. Veo normal la nevera, todo el interior, y la despensa, con reservas por si acaso hubiese un holocausto nuclear. Veo normal tener una bici, y unos zapatos para correr, y poder hacerlo de forma segura, sin miedo a que me ocurra nada. Veo normal que los coches no piten por la calle continuamente, que se conduzca con cierto orden, que haya semáforos, que las aceras estén limpias, que se pueda transitar por ellas. Veo normal que prácticamente todos seamos iguales físicamente, que casi todos seamos blancos, que casi todos procedamos de tradición católica, que casi todos tengamos ropa arreglada. Veo normal la “democracia”, que tengamos gobiernos con chaqueta, que podamos votarlos una y otra vez a pesar de que hayan dado muestra de su ineficacia y caradura. Veo normal mi normalidad. Veo normales demasiadas cosas que no lo son. Ya va siendo hora. Es momento de coger la mochila, viajar y reencontrarme con el mundo descalzo.



2 comentarios:

  1. Este es de los mejores parody. Sin duda. La normalidad cada vez te gusta menos. Cada vez te gusta mas explorar nuevas vias....

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  2. Muchas gracias, Anónimo. Un placer recibir sus comentarios, y cierto, "normal" es una palabra que no me gusta, es excluyente, porque diferencia a los que piensan como todos de los que piensan distinto. En fin...

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