jueves, 16 de junio de 2016

Matrimoniadas





—Míralo, ahí, pasando de mí…
—¿Cómo? ¿Qué dices, Soledad?
—Que no me haces ni caso, Edu …¡ya no es como al principio!
—¿Pero cómo puedes pensar eso?
—¿Cómo no hacerlo? Mírate, siempre estás con otra…¿Qué pasa, que es más delgada, no?
—Pero…
—¡Basta ya de peros! ¡Antes me decías que te gustaban mis 396 páginas, y ahora te entretienes  con cualquiera con menos!
—No es eso, cariño, es que…
—¡Dime que me lees! ¿Cuánto hace que no me lo dices, eh? ¡Dímelo, si de verdad lo sientes!
—Pues…
—¡Encima dudas! ¡Esto es lo último! ¡Quiero el divorcio!
—¡No, Soledad! ¡No dudo en absoluto! —Edu tira el libro que estaba leyendo por los aires—¡Te leo con todo mi corazón y con toda mi alma! ¡Por la gloria de Auster y Bukowski, te leo mucho!



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