miércoles, 23 de junio de 2021

Encajar

 

No veo el Hormiguero. No sé nada de la Eurocopa, casi ni quienes juegan, ni cuáles son los favoritos, prácticamente no conozco a ningún jugador, no sigo el fútbol. Soy del Sevilla porque así entendí que había que ser desde pequeño, no porque piense que es el mejón equipo del mundo o algo parecido, y tampoco me sé el nombre de ningún jugador actual. Miento, de Jesús Navas, nada más. No veo Sálvame, ni la Isla de las Tentaciones, ni Gran Hermano, ni Eurovisión, ni Master Chef, no me sé los nombres ni caras de ninguna de las personas que salen en esos programas, excepto el clásico de Belén Esteban o Kiko Matamoros. No veo Cuéntame desde que el hijo era una niño. No me gusta la Feria ni la Semana Santa, no me siento cómodo en casi ninguna fiesta de esas que se denominan nacionales, o en fiestas multitudinarias. No voy a misa, no creo en nada de eso, no me gustan los toros, ni las Fallas, ni el chotis, ni estaría cómodo en la brutal masificación de San Fermín. No me gustan los eventos sociales estilo bodas, bautizos y comuniones, no me siento cómodo vestido para la ocasión y todo lo que ello conlleva. No defiendo a las instituciones clásicas de toda la vida, estilo Monarquía o los partidos de siempre. No me gusta que la Constitución sea intocable o que el Rey sea inviolable, porque ninguno de los dos son superhéroes. No soporto las diferencias laborales. No comprendo cómo hemos normalizado que dos personas en la misma empresa dedicando el mismo tiempo al trabajo puedan recibir condiciones tan distintas. No busco ni tengo hipoteca. No entiendo cómo se instauró en nuestros cerebros el camino ideal de estudiar una carrera-echarte novia-casarte-tener el mismo trabajo para toda la vida-hipotecarte. No comprendo cómo admitimos que lo ideal era anclarnos tan rápidamente, cuando aún éramos tan jóvenes. No entiendo cómo todos los que cayeron en la trampa no están advirtiendo a quienes están cayendo ahora que huyan rápido de entrar en ese mismo bucle. 

        La mayor parte de mi tiempo libre estoy leyendo o haciendo deporte o viajando cercana o lejanamente o escribiendo o viendo documentales o paseando o sólo. Vamos, que puede que sea un sieso. 

        Si no veo lo que ve la mayoría, ni me divierto como se divierte la mayoría ni voy a los sitios a los que va la mayoría ni creo lo que cree la mayoría ni voto lo que vota la mayoría ni acepto las cosas que acepta la mayoría ¿cómo voy a sentir que encajo yo en este mundo?





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