Deja de
disimular con la cámara, chaval. Estoy notando que intentas hacerme una foto
desde hace un rato, haciendo como que fotografías el fondo, aunque realmente a
quién quieres fotografiar es a mí, aquí, en mi terreno, en Mulay Idris, esta
ciudad sagrada marroquí, justo en este día en el que he completado mi quinta
visita al Mausoleo que me libera de ir hasta la Meca. Te voy a enseñar algo,
hijo, mírame bien, enfócame bien, yo, Rihad, me levanto temprano para trabajar,
como haces tú; como y bebo como tú; voy al mercado a comprar, como harás tu; me
río y disfruto con familiares y amigos, como seguramente haces tú; lloro y me
enfado por las mismas cosas que tu, cuando estoy triste o cuando alguien me
decepciona; me gano la vida como puedo, supongo que como tu; entonces, ¿por qué
estamos separados si hacemos lo mismo? ¿Por qué, si la vida consiste en las
mismas cosas? ¿Por qué nuestros mundos están enfrentados? ¿Simplemente porque
al que nosotros adoramos se llama Alá y al que vosotros adoráis se llama Dios?
Pues te voy a decir un secreto, Alá significa Dios. Así que, ¿y si es lo mismo
lo que adoramos? ¿Podemos dejar de dispararnos? Venga, hazme la foto, que yo
posaré para ti lleno de orgullo, contento aunque tenga esta expresión seria, dura, que la vida me ha
obligado a adoptar. Años de trabajo en el campo, despertándome muy temprano,
acostándome muy tarde, dando de comer a tantos hijos, manteniendo mis cinco
oraciones diarias, cumpliendo el Ramadán que hoy finaliza. Estoy en equilibrio
con el mundo, con mi mundo y con el vuestro. Hazme la foto ya, y sellemos la
paz entre nuestras civilizaciones.
Una vez me dijeron que viajaba en el espacio, pero yo sabía que viajé en el tiempo. Observé calles de mi infancia, sin asfaltar, burros, autobuses antiguos, coches de cuando era pequeño, casas de un solo piso, desgastadas, que encerraban mucha historia, no vi televisiones, ni móviles, ni nada que oliese a tecnológico, vi gente con ropas que no estaban a la moda, vi gente descalza. Y se podía estar. A gustito. Y me quedé para siempre en ese mundo más fácil, en ese mundo descalzo.
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