miércoles, 16 de octubre de 2013

El Abuelo


Hoy Rosalinda está ilusionada, tiene una cita. Tiene unos quince años y ha quedado para ver un partido de beisbol con su nuevo novio, Edgar. Pero tiene un problema, ¿con quién dejará a su hija? Hace dos años se quedó embarazada de otro novio que tuvo, y que la dejó tirada. Ahora recupera la ilusión con Edgar, y queda con él en el descampado de enfrente de su casa, donde tiene lugar el partido. Tras la experiencia fallida con su viejo amor, volvió a casa de sus padres, donde duermen hasta once personas en una casa de madera de menos de 40 metros cuadrados, así que se da cuenta que no hay problema, que puede pedirle a su abuelo que se ocupe de la niña durante el día de hoy. Y el abuelo queda encantado. Nunca necesitará una niñera, pues  él se sentará en su silla de plástico, se echará a su nieta encima, y se quedará la tarde en la puerta de su casa, hablando con su vecino de toda la vida, viendo el partido de beisbol desde la distancia, maravillándose de la juventud que tiene enfrente, recordando cómo han cambiado las cosas, recordando aquellos momentos en los que, treinta años atrás, ambos pensaron que no habría futuro, que la Contra lograría hacerse con el control de Nicaragua, que de nuevo gobernarían los secuaces de Somoza y ellos serían ejecutados sin juicio. Y es que ayer no creyó que hubiera mañana. Hoy, lo tiene en su regazo. Así que se quita la camiseta, se descalza los pies, y simplemente disfruta del tiempo, de la compañía, y del futuro que lograron.

5 comentarios:

  1. bonita y triste historia.

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  2. killo diran lo que quieran pero el ser abuelo creo que es delas cosas mas bonitas que te pueden pasar, el tenerlo en brazos, achucharlo, no tiene precio , un abrazo "descalcito"

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  3. ¡Muchísimas gracias! :)

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