miércoles, 23 de octubre de 2013

Por las calles de Bamako (suena una sirena...)


Bamako es como un pueblo enorme, sin fin, extendido en una gran superficie.  No hay muchos edificios grandes, sólo alguna avenida por la que pasan miles de coches en un mar caótico propio de las capitales de países como este. Apenas hay calles asfaltadas, la gran mayoría son de albero, o de tierra rojiza, la tierra de África, con casas a sus lados ya sean de adobe, de madera, de piedra o de ladrillo, pero todas bajas, de no más de un piso. La mayoría de calles están repletas de gente que hacen su vida allí, yendo de un lado a otro con su andar parsimonioso, tranquilo, sosegado, sin mover ninguna parte del cuerpo que no sea realmente necesaria. Están llenas de niños, que corren, gritan, nos dan la bienvenida o se meten con nosotros, “tubabu!” (blancos) nos dicen, por allá donde vamos.  Al ser la cuna de la música maliense, de la que salieron gente como Ali Farka Touré, el blanquito Salif Keita, los cieguitos Amadou y Marian, o Habib Koité, o la más reciente Rokia Traoré, el sonido y el ritmo están tan metidos en su ADN que en cualquier calle hay montado un pifostio con música, en la que la cara te cambia, se te dibuja una sonrisa sin darte cuenta, y te quedas completamente embobado admirando el improvisado espectáculo. Un montón de niños cantando a coro, o algunas mujeres bailando con una coordinación increíble que nosotros nunca llegaremos a alcanzar, bailando con todo el cuerpo a la vez, y no con las partes del mismo, como hacemos nosotros. Todo en un cuadro como de dibujos animados, resultado de la conjunción de colores que llevan encima. Y es que en cada rincón estás viendo arte. En cada rincón estás viendo vida. Y acabas preguntándote ¿qué pasará cuando llegue la Wii? ¿Se vaciarán las calles entonces? Y te miras en tu interior, en tu ciencia y tu conciencia, y pides porque la tecnología no llegue nunca, pides porque divertirse continúe siendo tan fácil, pides porque sólo sea necesario estar mucha gente junta para poder hablar, reír y bailar.
 

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